La convergencia entre una antigua tradición y una nueva tecnología ha hecho posible la aparición de un bien público sin precedentes. La vieja tradición es la voluntad de científicos y eruditos de publicar los frutos de su trabajo en revistas científicas sin remuneración alguna, solo por el bien de la investigación y la difusión del conocimiento. La nueva tecnología es Internet. El beneficio público que las dos posibilitan es la distribución electrónica a escala mundial de artículos de revistas científicas y técnicas dotadas de comité de selección (peer review), accesibles de forma gratuita y sin restricción para científicos, eruditos, universitarios, estudiantes y otras personas interesadas. La supresión de las barreras de acceso a la literatura científica ayudará a acelerar la investigación, a enriquecer la educación, a que se comparta el conocimiento del rico con el del pobre y el del pobre con el del rico, a convertir esta literatura en un bien útil, y a sentar las bases para unir a la humanidad a través del diálogo intelectual y de la búsqueda común del conocimiento.